Tras
la victoria de Franco sobre la República española en 1939, numerosos
combatientes, junto con sus familiares y otras personas que temían
la represalia franquista, huyeron a Francia. El gobierno francés
construyó varios campos para dar acogida a estos refugiados. El
más importante fue el de Gurs, construido junto a la ciudad del
mismo nombre, en la región de Aquitania del departamento de los
Pirineos Atlánticos, 84 kilómetros al este de la costa atlántica
y 34 kilómetros al norte de la frontera española.
Para
el emplazamiento se eligió un cerro alargado, con el lomo plano,
de tierra arcillosa, cuya utilidad agrícola era prácticamente nula:
algo de maíz y dehesa para ganado vacuno. La construcción comenzó
el 15 de marzo de 1939, y estaba aún incompleta cuando el primer
grupo de refugiados llegó al mismo el 4 de abril.
El
campo medía unos 1.400 metros de largo y 200 de ancho, una superficie
de 28 hectáreas. Una única calle lo atravesaba a lo largo. A ambos
lados de esta calle se cercaron parcelas de 200 metros de largo
y 100 de ancho, llamadas ilots ("islotes"), siete a un lado y seis
al otro. Las parcelas estaban separadas de la calle y entre sí por
alambradas. Éstas eran dobles por la parte trasera, formando un
pasillo por el que circulaban los guardias del exterior.
En cada parcela se montaron 30 barracones, en total 382.
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